LLlegó el día 10 de diciembre, día de la verdad: ¿Puede la APPO revivir después de caer en la trampa de la violencia del día 25 de noviembre? ¿Puede movilizar a la gente sin contar con el apoyo del magisterio, ni de los radios tomados o prestados? ¿Puede vencer el miedo de una población asustada y aterrorizada por las acciones de los pefepos y ministeriales?
El día empieza con una sorpresa: Reaparecieron las unidades móviles en las colonias de la ciudad. Todavía más chafas que antes, con lonas y camionetas pequeñas sin identificación, con migajas más baratas, pero están allí, para mostrarle a la gente que el gobierno todavía existe, que sigue pisando la dignidad del pueblo, y que todavía no aprendió nada. Es una señal alentadora: nos tienen miedo.
La otra evidencia de que URO existe se publica en el Noticias y La Jornada (puede que también en el Imparcial, pero ¿Quién lo lee?): En un desplegado, el Comité Ejecutivo Estatal del PRD se deslinda de la marcha y de la participación de su Comité Ejecutivo Nacional en ella, y llama a un diálogo donde ”estén todas las partes”. Parece que los héroes de la democracia se recuperaron de su huelga de hambre y se acordaron de quién es su amo. Más tarde el CEN del PRD advierte de la posible expulsión de los responsables http://www.eluniversal.com.mx/notas/393154.html
El día empieza con una sorpresa: Reaparecieron las unidades móviles en las colonias de la ciudad. Todavía más chafas que antes, con lonas y camionetas pequeñas sin identificación, con migajas más baratas, pero están allí, para mostrarle a la gente que el gobierno todavía existe, que sigue pisando la dignidad del pueblo, y que todavía no aprendió nada. Es una señal alentadora: nos tienen miedo.
La otra evidencia de que URO existe se publica en el Noticias y La Jornada (puede que también en el Imparcial, pero ¿Quién lo lee?): En un desplegado, el Comité Ejecutivo Estatal del PRD se deslinda de la marcha y de la participación de su Comité Ejecutivo Nacional en ella, y llama a un diálogo donde ”estén todas las partes”. Parece que los héroes de la democracia se recuperaron de su huelga de hambre y se acordaron de quién es su amo. Más tarde el CEN del PRD advierte de la posible expulsión de los responsables http://www.eluniversal.com.mx/notas/393154.html
En el camino a Viguera, las calles lucen vacías. No hay esta muchedumbre, esta fiesta como en las megamarchas anteriores, cuando esperaron la marcha por horas con pancartas, lonas, y agua, naranjas, etc. Hay algunos grupos pequeños, pero no se sabe si están allí por la marcha o esperando la camioneta que los llevará un evento deportivo.
Llegando finalmente al lugar, un alivio: Sí hay gente, no estamos solos. No llegó la sección 22, pero si llegaron muchos maestros. Siguen llegando. Empieza la marcha, tarde como de costumbre. Y conforme va avanzando se da lo que se esperaba con angustia: Se venció al miedo. La carretera que en el camino de ida lució vacío, se está llenando otra vez con mujeres, niños y hombres, el pueblo, con pancartas, alzando la mano, mandando saludos y uniéndose a las consignas y la marcha, que crece como un arroyo que baja de la sierra en tiempos de lluvia. El pueblo salió de sus escondites, cansado de tener miedo, de estar aterrorizado, para otra vez dar la cara, con esta alegría de poder gritar otra vez después de cuidar sus palabras por 2 semanas.
En la calle de Independencia, una anciana observa la marcha desde el ventanal de su casa. Pasando en su frente, la multitud empieza a cantar “venceremos”. La anciana tímidamente alza el brazo, y sus labios empiezan a formar las palabras. Sus ojos se llenan de lágrimas mientras sigue cantando… En la Plaza de la Danza siguen los discursos de la gente importante, pero la marcha ya sirvió su propósito: Seguimos con vida, somos muchos, y estamos hartos, encabronados, por las cosas que nos hicieron, y allí vamos, a cambiarlas, con o sin pefepos en el Zócalo.
Al final, la APPO no regresó, porque nunca se fue. La esperanza de un Oaxaca mejor siempre estuvo presente en los corazones de la gente. Hoy simplemente volvió a hacerse visible. Sigue la tarea de unir las esperanzas para construir un Oaxaca con paz, justicia y dignidad, sin Ulises y los demás pillos de todos los partidos. Esta tarea nos toca a todas y todos, no es del CEAPPO sino de cada uno y una, en su casa, su barrio y su pueblo, y en formas creativas más allá de marchas, plantones y barricadas.
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