Nuestras exigencias:
Libertad a los presos políticos;
presentación con vida de los desaparecidos:
salida inmediata de la PFP y de Ulises Ruiz de Oaxaca
10 de Diciembre de 2006. En Oaxaca, en medio rondines de militares disfrazados de policías, se celebró el día de los Derechos Humanos con una multitudinaria marcha que partió del crucero de Viguera.
Con esta movilización de cientos de miles de oaxaqueños empieza una nueva etapa de lucha de la APPO: la Jornada por la Paz, con Justicia, Democracia y Libertad sin Ulises Ruiz Ortiz.
Desde temprana hora bajo la estatua de don Benito Juárez los contingentes de colonos, estudiantes, campesinos y maestros se fueron formando. Y ante las infiltraciones de provocadores a las manifestaciones pasadas, la comisión de seguridad de la APPO ordenó y vigiló celosamente los contingentes. Encabezaban la marcha, como en los últimos días, mujeres y hombres de todas edades con pancartas de diferentes rostros. Son las madres, las hermanas, los hijos, la esposa y el esposo de los presos políticos de este régimen que ve en un inconforme a un peligroso delincuente.
Detrás de los familiares de los presos y asesinados caminaba el Consejo Popular de los Pueblos de Oaxaca, que salieron aún a pesar de la gran lista de ordenes de aprehensión que les imputan.
Se veían en la formación a los contingentes de la Asamblea Popular de los Pueblos de Michoacán, así como del Sindicato Mexicano de Electricistas y senadores y dirigentes del Frente Amplio Progresistas que llegaron a solidarizarse con esta lucha.
La marcha comenzó su andar a las 11 hrs y mientras avanzaba, diferentes contingentes bajaban de las colonias a sumarse. Durante su recorrido las muestras de solidaridad no se hicieron esperar: aplausos, gritos, pancartas, agua, más gritos y aplausos.
Ahí estaba el pueblo de Oaxaca que no fue doblegado por las tanquetas, los gases, las detenciones, los asesinatos. Ahí estaba ese gran pueblo que por algunas semanas tuvo que ocultar su forma de pensar en un estado donde exigir justicia es un delito.
La gran hilera humana tuvo su destino la Plaza de la Danza donde se realizó un mitin y posteriormente se denunciaron los casos de represión en un foro.
De nuevo hemos demostrado a la burguesía y a su estado, que somos mayoría y que este pueblo no se rinde.
10 de Diciembre de 2006. En Oaxaca, en medio rondines de militares disfrazados de policías, se celebró el día de los Derechos Humanos con una multitudinaria marcha que partió del crucero de Viguera.
Con esta movilización de cientos de miles de oaxaqueños empieza una nueva etapa de lucha de la APPO: la Jornada por la Paz, con Justicia, Democracia y Libertad sin Ulises Ruiz Ortiz.
Desde temprana hora bajo la estatua de don Benito Juárez los contingentes de colonos, estudiantes, campesinos y maestros se fueron formando. Y ante las infiltraciones de provocadores a las manifestaciones pasadas, la comisión de seguridad de la APPO ordenó y vigiló celosamente los contingentes. Encabezaban la marcha, como en los últimos días, mujeres y hombres de todas edades con pancartas de diferentes rostros. Son las madres, las hermanas, los hijos, la esposa y el esposo de los presos políticos de este régimen que ve en un inconforme a un peligroso delincuente.
Detrás de los familiares de los presos y asesinados caminaba el Consejo Popular de los Pueblos de Oaxaca, que salieron aún a pesar de la gran lista de ordenes de aprehensión que les imputan.
Se veían en la formación a los contingentes de la Asamblea Popular de los Pueblos de Michoacán, así como del Sindicato Mexicano de Electricistas y senadores y dirigentes del Frente Amplio Progresistas que llegaron a solidarizarse con esta lucha.
La marcha comenzó su andar a las 11 hrs y mientras avanzaba, diferentes contingentes bajaban de las colonias a sumarse. Durante su recorrido las muestras de solidaridad no se hicieron esperar: aplausos, gritos, pancartas, agua, más gritos y aplausos.
Ahí estaba el pueblo de Oaxaca que no fue doblegado por las tanquetas, los gases, las detenciones, los asesinatos. Ahí estaba ese gran pueblo que por algunas semanas tuvo que ocultar su forma de pensar en un estado donde exigir justicia es un delito.
La gran hilera humana tuvo su destino la Plaza de la Danza donde se realizó un mitin y posteriormente se denunciaron los casos de represión en un foro.
De nuevo hemos demostrado a la burguesía y a su estado, que somos mayoría y que este pueblo no se rinde.
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