*Asegura Chomsky que los intereses comunes permiten el intercambio de funcionarios
La idea tradicional de que los Estados nacionales ejercen censura sobre los medios de comunicación ha evolucionado para dar paso a una simbiosis, sobre todo porque la mayoría de aquellos están acaparados por grandes corporaciones a las que les interesa vender, mientras a los gobiernos les importa perpetuarse en el poder.
En consecuencia ambos han desarrollado un sistema de control del pensamiento con toda una estructura institucional donde representantes de unos y otros pueden pasar de la empresa al gobierno porque tienen intereses comunes, planteó Noam Chomsky, considerado actualmente en el grupo más influyente de científicos sociales.
Esa complicidad, ilustró ante estudiantes convocados al Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), puede verse en el más reciente reporte presentado en Estados Unidos sobre la guerra en Irak, donde los propios medios de comunicación de ese país han restringido el marco de discusión y debate, lo cual arrastra a otros órganos informativos más pequeños a que no puedan salirse de esa esfera porque no tienen la fuerza para imponer otro esquema de discusión.
Desde su cubículo en el Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT, por sus siglas en inglés) en una teleconferencia, Chomsky criticó que en ese reporte no se incluyan datos como los porcentajes de la población en Bagdad que exigen la salida del ejército de Estados Unidos y que consideran legítimo atacar a los soldados estadunidenses.
Esos temas ni siquiera aparecen planteados, dijo, ni tampoco se ubica a toda la gente que está detrás de la invasión, pero tampoco los medios de comunicación de Estados Unidos pusieron en la mesa de discusión la falta de tales elementos en el informe.
Inclusive, comparó el documento con un periódico estudiantil dedicado a echarle porras a su equipo de basquetbol para decir sólo "vamos a ganar", pero sin cuestionar ni ocuparse de quién es el entrenador, a qué jugadores están alineando, etcétera.
Con una extensa disertación sobre las pasadas elecciones en Estados Unidos y el comportamiento que en ese proceso tuvieron los medios de comunicación, el lingüista insistió en las formas en que se ofrece información sesgada para tratar de moldear un determinado pensamiento en la gente.
De hecho, dijo que fueron más libres las elecciones en Bolivia que en Estados Unidos, porque en la nación sudamericana las decisiones que toma el gobierno reflejan más la voluntad de la población que la de las grandes corporaciones, mientras que en los comicios del país del norte, aun cuando los votantes pidan, por ejemplo, mayores programas de salud, si los partidos políticos no recogen ese clamor ese tema tampoco pasa a formar parte del debate en los medios de comunicación.
Al final, Chomsky, quien el pasado jueves cumplió 78 años, se refirió al muro autorizado por el gobierno de la Casa Blanca en su frontera sur, al convenir en que desde 1994, año de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) algunas voces habían anticipado que ese acuerdo dispararía la migración de México hacia Estados Unidos y esto es lo que ha pasado.
En rigor, abundó, inevitablemente el TLCAN conduce a la militarización de la frontera, si bien no es la primera vez que los migrantes son discriminados, pues en Estados Unidos se acepta la llegada de aquellos que vienen a realizar los trabajos pesados, pero no se acepta concederles derechos.
Desde su perspectiva, esto no es nada nuevo, ha ocurrido en Estados Unidos desde siempre, pues los migrantes anteriores discriminan a los nuevos, en parte por afianzar su identidad.
La participación de Chomsky en el CIDE fue convenida desde agosto de este año también por invitación de los editores de la revista Contrapunto, órgano estudiantil del centro.
La idea tradicional de que los Estados nacionales ejercen censura sobre los medios de comunicación ha evolucionado para dar paso a una simbiosis, sobre todo porque la mayoría de aquellos están acaparados por grandes corporaciones a las que les interesa vender, mientras a los gobiernos les importa perpetuarse en el poder.
En consecuencia ambos han desarrollado un sistema de control del pensamiento con toda una estructura institucional donde representantes de unos y otros pueden pasar de la empresa al gobierno porque tienen intereses comunes, planteó Noam Chomsky, considerado actualmente en el grupo más influyente de científicos sociales.
Esa complicidad, ilustró ante estudiantes convocados al Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), puede verse en el más reciente reporte presentado en Estados Unidos sobre la guerra en Irak, donde los propios medios de comunicación de ese país han restringido el marco de discusión y debate, lo cual arrastra a otros órganos informativos más pequeños a que no puedan salirse de esa esfera porque no tienen la fuerza para imponer otro esquema de discusión.
Desde su cubículo en el Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT, por sus siglas en inglés) en una teleconferencia, Chomsky criticó que en ese reporte no se incluyan datos como los porcentajes de la población en Bagdad que exigen la salida del ejército de Estados Unidos y que consideran legítimo atacar a los soldados estadunidenses.
Esos temas ni siquiera aparecen planteados, dijo, ni tampoco se ubica a toda la gente que está detrás de la invasión, pero tampoco los medios de comunicación de Estados Unidos pusieron en la mesa de discusión la falta de tales elementos en el informe.
Inclusive, comparó el documento con un periódico estudiantil dedicado a echarle porras a su equipo de basquetbol para decir sólo "vamos a ganar", pero sin cuestionar ni ocuparse de quién es el entrenador, a qué jugadores están alineando, etcétera.
Con una extensa disertación sobre las pasadas elecciones en Estados Unidos y el comportamiento que en ese proceso tuvieron los medios de comunicación, el lingüista insistió en las formas en que se ofrece información sesgada para tratar de moldear un determinado pensamiento en la gente.
De hecho, dijo que fueron más libres las elecciones en Bolivia que en Estados Unidos, porque en la nación sudamericana las decisiones que toma el gobierno reflejan más la voluntad de la población que la de las grandes corporaciones, mientras que en los comicios del país del norte, aun cuando los votantes pidan, por ejemplo, mayores programas de salud, si los partidos políticos no recogen ese clamor ese tema tampoco pasa a formar parte del debate en los medios de comunicación.
Al final, Chomsky, quien el pasado jueves cumplió 78 años, se refirió al muro autorizado por el gobierno de la Casa Blanca en su frontera sur, al convenir en que desde 1994, año de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) algunas voces habían anticipado que ese acuerdo dispararía la migración de México hacia Estados Unidos y esto es lo que ha pasado.
En rigor, abundó, inevitablemente el TLCAN conduce a la militarización de la frontera, si bien no es la primera vez que los migrantes son discriminados, pues en Estados Unidos se acepta la llegada de aquellos que vienen a realizar los trabajos pesados, pero no se acepta concederles derechos.
Desde su perspectiva, esto no es nada nuevo, ha ocurrido en Estados Unidos desde siempre, pues los migrantes anteriores discriminan a los nuevos, en parte por afianzar su identidad.
La participación de Chomsky en el CIDE fue convenida desde agosto de este año también por invitación de los editores de la revista Contrapunto, órgano estudiantil del centro.
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