¡ALTO A LA REPRESION Y HOSTIGAMIENTO A LAS COMUNIDADES ZAPATISTAS!

enero 22, 2007

Desde Somerton Arizona



Esto fue escrito 5 dias despues del nacimiento del EZLN ante los ojos del mundo, aunque tarde pero hoy mis letras y yo llegamos de la mano a Chiapas.

Desde Somerton Arizona

Desde Chiapas dijo venir,
aquel viento con olor a pólvora
y con el verde de las selvas de Chichen.

Una tarde fue;
recuerdo cuando encontré en mi mirada,
el paso.
Encontré el eco del tiempo,
que caminando venia desde Tapachula.
Venia como pasajero de un telegrama,
a don pueblo del norte de México.

Marcos le llaman al líder hablo un paisano;
Se aparenta con los secretos de la selva;
y conoce la tristeza del Indio.
Habla varios idiomas
el rumor rumora que es un Jesuita.
Los Quetzales vuelan
como líneas de colores
pintando el horizonte de una nueva primavera.

Las semillas que sembraron los dolores,
florecen del musgo y del canto de cenzontles.
Florecen como la luz de una amapola,
consentida en los silencios de la selva.
Siglos caminaron por la costra del Mayab,
cicatrizando la vergüenza del olvido,
y abriendo la ilusión a una esperanza.
La chirimiílla y el tum-tum,
trasmiten el mensaje del quejido.

Es una voz,
es la clave Morse del Indio,
es la voz de los secretos
y de cadáveres, y de angustiosos rocíos.
Si... Claro, llevan polen los ríos.
Se lo mismo asi, llevan navegando letras,
que solas decienden en las lluvias,
como el otoño donde se riegan las injusticias.
Será el morir de los llantos de ceniza
alla en Palenque, Las Margaritas,
y en el caminar del Utzumacinta...
Rió de memorias,
en la superficie de los dolores.
El mundo ya conoce el harapo de los heridos.

Ya conoce del aire que a las flores
en la selva le han robado.
Ya se sabe de los hambrientos roedores,
que emergieron como escarabajos destrozando,
las dulces gotas verdes...
Esas gotas,
que resbalaban la línea de las hojas.

ya se sabe,
que un cantar cabalga en las noches de la selva,
canta en las madrugadas,
es el eco de la esperanza...
En chiapas emergen vapores
entiviando el dormir de los humildes.

Sal Troccoli

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