¡ALTO A LA REPRESION Y HOSTIGAMIENTO A LAS COMUNIDADES ZAPATISTAS!

septiembre 23, 2006

Tijuana sí y Resistencia tijuanense

LOS DE ABAJO

Gloria Muñoz Ramírez

Tijuana sí

Miles de personas , mujeres en su mayoría, recorren todos los días el camino de la explotación que, en estas tierras fronterizas, tiene tintes de esclavitud. En el parque industrial de Otay, uno de los dos más grandes de Tijuana, se observan filas de camiones que transportan a las trabajadoras enfundadas en sus desgastadas batas de labor; puestos de comida callejeros; grupos de hombres y mujeres, jóvenes en su mayoría, esperando su turno. No pueden darse el lujo de perder ni un minuto. Todas ellas, desde que se levantan y hasta que sus ojos se cierran de cansancio, acuden a trabajar en alguna de las más de 800 maquiladoras y talleres que las grandes empresas trasnacionales han construido aquí desde 1965, año en el que se puso en marcha en Programa de Industrialización Fronteriza.

Provenientes del interior del país, principalmente de Puebla, Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Michoacán e Hidalgo (se calcula que 80 por ciento es del exterior, mientras el resto es originaria de Tijuana o de ciudades vecinas), las trabajadoras enfrentan jornadas mínimas de 10 horas diarias, aunque en algunas maquiladoras, como en la multinacional Sony, los horarios son de 12 horas, con media hora para el almuerzo y media hora para la comida. Aquí no existen las jornadas constitucionales de ocho horas.

El salario promedio en estos centros de ignominia es de 750 pesos la semana, cantidad irrisoria para los gastos en una de las regiones más caras del país, donde las rentas mínimas son de mil 500 pesos, y a esto hay que agregarle transporte, alimentación, vestido, educación y salud para la familia.

Margarita vivió el desprecio y la explotación en cinco maquiladoras. Procedente de Puebla, donde trabajó en el campo y luego como empleada doméstica, se trasladó a Tijuana en busca del progreso. Con más de cinco años de trabajo arduo, cubriendo turnos en ocasiones hasta de 24 horas, fue testigo en carne propia, y por las experiencias de sus compañeras, de los bajos salarios, la falta de condiciones de higiene y seguridad, las inhumanas jornadas de trabajo, las humillaciones, la exposición a sustancias tóxicas sin ninguna seguridad y de las enfermedades que esto provoca; de los contratos ilegales de uno, dos o tres meses; de los exámenes de embarazo (también ilegales), de los castigos irracionales por llegar un minuto tarde y de una interminable lista de agravios cotidianos.

No han sido pocas las luchas protagonizadas aquí por la clase trabajadora. "Les dimos dos, tres buenos llegues", afirma Jaime Cota, luchador social, ex trabajador de la maquila y desde 1991 defensor y acompañante de los trabajadores en los proceso legales que enfrentan.

Hoy el movimiento organizado es más pequeño, pero no falta nunca un grupo de trabajadores que, cansados de tanto agravio, empiezan a conocer sus derechos, a organizarse y, lo más importante, a plantearse otra vida, una más digna. Para eso, y para que los acompañen en su proceso organizativo o en demandas laborales, pueden acudir al Centro de Información para Trabajadoras y Trabajadores (cittac@telnor.net).

losylasdeabajo@yahoo.com.mx


Martes 19 de septiembre de 2006

Los de Abajo

Gloria Muñoz Ramírez

Resistencia tijuanense

Tijuana representa el atropellado paso de inmigrantes, la explotación de trabajadores en las más de 800 maquiladoras, el tráfico de mujeres y menores de edad destinados al comercio sexual, la impunidad con la que se mueven los narcotraficantes, el despojo de tierras a los pueblos indios y un etcétera repleto de agravios contra una población en constante movimiento. Pero Tijuana también es lucha y resistencia.

Las fiestas patrias fueron el marco para hablar aquí de despojo y explotación, sobre todo de organización de este y del otro lado de la frontera. Las invasiones a las tierras de los pueblos kumiai, kiliwa, pai pai, cucapas, mayos y seris, del noreste de México; la resistencia a la instalación de regasificadoras en las costas de Baja California; la lucha contra el basurero tóxico en Sitobac, Sonora; el rechazo organizado de los yaquis al proyecto de escalera náutica; la marginación extrema en la que sobreviven los pueblos triquis y mixtecos (provenientes de Oaxaca) en esta zona, y la infatigable defensa seri de la codiciada isla Tiburón, fueron algunos de los temas con los que inició el primer Encuentro Transfronterizo de la otra campaña.

Al cruce de la calle Segunda y Constitución, centro de la ciudad, a un costado de la zona roja conocida como La Coahuila, llegó la voz de los más de 30 hombres y mujeres de San Salvador Atenco, quienes acumulan más de tres meses en injusta prisión. Hombres y mujeres procedentes de Mexicali, Ensenada, Tijuana, Sonora, San Diego, Los Angeles, Oxnard, Oakland y San Francisco exigieron su libertad y castigo a los culpables de las violaciones y demás abusos cometidos contra la población durante los operativos policiacos de los pasados 3 y 4 de mayo.

El testimonio de Josefina, representante del Frente de los Pueblos en Defensa de la Tierra, recordó que la resistencia en Atenco ha sido castigada por el gobierno con presos políticos, fugitivos, mujeres violadas y un pueblo que aún hoy padece el hostigamiento y la persecución mediante rondines policiacos cotidianos.

Un foro de "mujeres de rostro rebelde", con voces y expresiones distintas, se llevó a cabo junto a uno de los cientos de table dance que invaden la ciudad. En el Sótano de Rita se habló del trabajo en las maquiladoras, de las mujeres maltratadas, se recitó poesía, se bailaron danzas prehispánicas y árabes, se exhibió una muestra de artes plásticas y se escenificó una ecléctica puesta en escena. Por otro lado, en el piso de arriba una mujer semidesnuda complacía a un puñado de parroquianos. Afuera miles de jóvenes con copas de más, de este y del otro lado, atiborraron las calles vestidos de festejo patrio y montados en vehículos que -lo juro- bailan sobre sus llantas. Esto es Tijuana.

Voces de la resistencia indígena se escucharon en las instalaciones de un antiguo cine hoy conocido como el Multikulti. Aquí, una kumiai, autoridad tradicional de Peña Blanca, habló de las invasiones constantes a su territorio y de la lucha imparable por su defensa. "Nos invaden, pero nosotros no abandonamos", dijo.

losylasdeabajo@yahoo.com.mx


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