¡ALTO A LA REPRESION Y HOSTIGAMIENTO A LAS COMUNIDADES ZAPATISTAS!

octubre 28, 2006

Reportero Anarquista Muerto en Oaxaca (Mexico)

El Otro Periodismo con la Otra Campaña en Chihuahua

Octubre 27, 2006

Documentalista y reportero para Indymedia fue asesinado por una bala Ulisista mientras reportaba la historia.

Brad Roland Will, de 36 años de edad, cineasta documentalista y reportero para Indymedia de Nueva York, Bolivia y Brasil, murió hoy de dos heridas de bala en el pecho, cuando atacantes que defendían al gobierno abrieron fuego sobre una barricada en un barrio de Calicanto, municipio de Santa Lucía el Camino. Murió con su cámara de video en las manos.

Brad fue a Oaxaca a principios de octubre para documentar la historia que los simuladores de los Medios Comerciales, como Rebeca Romero de la Prensa Asociada (AP), distorsionan y no reportan: la historia de un pueblo que está harto de la represión y la injusticia, y que reconquista el gobierno que justamente le pertenece. En ese contexto, su asesinato es también una consecuencia de lo que pasa cuando los medios independientes se ven obligados a realizar el trabajo que los Grandes Medios rehúsan hacer: decir la verdad. Amigo y colega desde 1996, cuando trabajamos juntos en la estación Steal This Radio (Róbate Esta Radioapatista – Brad murió para traerle al mundo la historia auténtica. ) en la 88.7 FM del barrio Lower East Side de la ciudad de Nueva York, volví a encontrar a Brad en Bolivia en el 2004 durante una recepción pública organizada por la Escuela Narco News de Periodismo Auténtico, y de nuevo en la península de Yucatán en enero de este año, a donde viajó para reportar sobre el inicio de la Otra Campaña Zapatista - Brad murió para traerle al mundo la historia auténtica.

Brad fue a Oaxaca a principios de octubre conociendo, asumiendo y compartiendo los riesgos de reportar la historia. Su último artículo, publicado el 17 de octubre y titulado “Muerte en Oaxaca,” reportó el asesinato de Alejandro García Hernández en una de las barricadas instaladas por la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO). Brad escribió:

“...caminé de regreso de la barricada de Alejandro con un grupo de simpatizantes que vinieron de un distrito aledaño ubicado a media hora—caminé con gente indignada rumbo a la morgue—entré y lo vi—no he visto muchos cadáveres en mi vida—te come por dentro—un montón de cadáveres sin nombre amontonados en la esquina—más o menos la cantidad que había muerto—sin refrigeración—el olor—tuvieron que abrirle el cráneo para sacarle la bala—caminé de regreso con él y su gente...

“...y ahora alejandro espera en el zócalo—como los otros en sus plantones—está esperando que haya un impasse, un cambio, una salida, un camino hacia delante, un escape, una solución—esperando que la tierra se sacuda y se abra—esperando que llegue noviembre y pueda sentarse con los suyos el día de muertos y compartir su comida y su bebida y su canción—esperando que la plaza se le entregue y reviente—sólo tendrá que esperar hasta la mañana, pero esta noche espera que el gobernador y su gente no regresen jamás—una muerte más—un mártir más en una guerra sucia—una ocasión más para llorar y sentir dolor—una ocasión más para conocer el poder y su fea cabeza—una bala más irrumpe en la noche—una noche más en las barricadas—unos alientan las fogatas—otros se acurrucan para dormir—pero todos están con él mientras descansa una última noche en su guardia...”

El pasado 26 de septiembre, Brad, camino a México, me escribió:
“hola al, soy brad de nyc—estaría muy bien recibir tus contactos de narco news en oaxaca—voy para allá y quiero conectarme con la mayor cantidad de banda posible—¿estás en el df?—estaré pasando por ahí y estaría chido salir a tomarnos un trago. sale. brad.”

Conociendo la mala suerte de Brad al cubrir otras historias (le había dado una paliza la policía en Nueva York y luego en Brasil mientras realizaba esta importante pero peligrosa labor), su dificultad con el idioma español y el peligro particular que corren los reporteros independientes que no han estado ‘incrustados’ en un sitio por mucho tiempo (para ser conocido por la gente) en Oaxaca, le pedí que no fuera, sino que mejor viajara a Atenco y reportara la historia allá sobre el arribo de los comandantes zapatistas:

“Nuestro equipo de Oaxaca está firmemente incrustado allá. Hay un chingo de más [reporteros] internacionales dando vueltas por ahí buscando la gran historia, pero la situación es muy delicada, la APPO no confía en nadie que no haya conocido por años, y me siguen insistiendo que no envíe a más reporteros nuevos, porque la situación está tan tensa... Si vienes a México, te recomiendo mucho más que te quedes por el DF-Atenco y que reportes esa historia que está a punto de comenzar. La APPO es (comprensiblemente) muy desconfiada de gente que no conoce ya. Y tenemos suficientes manos echando punta allá para continuar sacando la historia. Pero lo que está a punto de suceder en Atenco-DF necesita más gente.”

Brad me respondió esa misma noche, inmutado:
“quionda
gracias por la respuesta rápida—tengo una cámara hd profesional—he escuchado reportes sobre el nivel de desconfianza en oax y es desconcertante—todavía creo que me voy a lanzar—no les diré que me enviaste y estoy abierto a otras sugerencias sobre cómo pasar mi tiempo—no sé qué está pasando en atenco en los próximos días—puede que me conecte con la otra, capítulo dos en algún momento—muy bueno saber de ti—tienes número celular?
solidaridad
b rad”

No me sorprendió que haya decidido ir a Oaxaca de todos modos. Brad siempre se había arriesgado: ya fuera al viajar en trenes de carga a través de las planicies de Norte América, o atrincherándose en su okupa de la Quinta Calle en 1996 cuando la policía y la demoledora la invadían. Su vida había sido una historia de valentía. Le di mi número de celular en caso de emergencias. Me escribió de vuelta el 7 de octubre, hace tres semanas:

“quionda al
aquí brad—gracias por los contactos y la info—aterricé en el df sintiéndome bien mareado y luego me vine directo a oax y me conecté con la banda—si quieres compartir tus contactos que tienes aquí me serían muy útiles—creo que me voy a quedar aquí por un mes—nancy me dijo que tenías un contacto con un abogado de derechos humanos que puede ayudar a periodistas para que no los deporten—por favor ayúdame con esa información también—sé que estás ocupado y espero ver más de tu trabajo
paz
b rad”

En esos correos están las palabras de un compañero valiente que, a sabiendas que esta historia sería su última, decidió compartir los riesgos con gente sobre cuya causa él reportaba.
Otra persona que también compartió los riesgos hoy en Santa Lucía El Camino fue el fotógrafo Oswaldo Ramírez del diario Milenio, herido de bala. Fue el reportero del Milenio, Diego Osorio, quien confirmó la noticia de la muerte de Brad a las 4:30 esta tarde. También informó que en otro rincón de la ciudad, frente a la procuraduría general, pistoleros abrieron fuego sobre otros miembros de la APPO, que tres fueron heridos y que un maestro se reporta muerto, aunque hasta entonces no había podido confirmar el reporte.

Brad Will era conocido y querido en todo el continente y sus centros de medios, desde Nueva York hasta Sao Paulo y la Ciudad de México. Esta noche su cuerpo yace en la misma morgue que había visitado y sobre la cual escribió la semana pasada. No se va a desvanecer silenciosamente en la larga noche de represión que el ilegítimo gobernador Ulises Ruiz Ortiz, el presidente Vicente Fox y su ilegítimo sucesor Felipe Calderón han creado en Oaxaca y, de hecho, en gran parte de México. Era inevitable que tarde o temprano un reportero internacional se sumaría a la creciente lista de asesinados bajo los regímenes represivos de México (otras ya habían sido violadas y golpeadas en Atenco, para luego ser deportadas del país en mayo). Esta tarde le tocó a Brad mientras realizaba el trabajo responsable y urgente, cámara en mano, de romper el cerco impuesto por los Medios Comerciales.

En un mitin público de la Otra Campaña en Buaiscobe, Sonora, cuando llegó la noticia de la muerte de Brad, el subcomandante insurgente Marcos, al recibir un recuento de los eventos del día en Oaxaca, le dijo al público y a la prensa:

“Sabemos que mataron por lo menos a una persona. Esta persona que mataron era parte de los medios alternativos que están aquí con nosotros. Él no trabajaba para las grandes compañías de noticias de la televisión y no recibía paga. Era como la gente que vino aquí con nosotros en el autobús, los de abajo, que están llevando las voces de la gente para que sean conocidas. Porque sabemos que las compañías de televisión y los periódicos solo hacen referencia a los asuntos del gobierno. Y esta persona era un compañero de La Otra Campaña.

"Él también viajó a varias partes del país con nosotros, y estaba con nosotros cuando estuvimos en Yucatán, tomando fotos y grabando video de lo que allí sucedía. Y le dispararon y murió. Parece que hay otra persona muerta. El gobierno no desea hacerse responsable de lo que ahí sucedió. Ahora nos dicen que toda la gente de Oaxaca se está movilizando. No tienen miedo. Están movilizándose para salir a las calles y para protestar contra esta injusticia. Estamos lanzando un llamado a toda la Otra Campaña a nivel nacional y a los compañeros y compañeras en otros países de la Zeta Internazional, para unirnos y para exigir justicia para este compañero caído. Estamos haciendo este llamado especialmente a todos los medios alternativos y medios libres aquí en México y en todo el mundo.”

ta Internazional, para unirnos y para exigir justicia para este compañero caído. Estamos haciendo este llamado especialmente a todos los medios alternativos y medios libres aquí en México y en todo el mundo.”

Esta noche, desde la morgue de Oaxaca, Brad Will grita “¡Ya basta!” a la muerte y al sufrimiento impuestos (como lo entendía Brad, un anarquista serio y sensible) por un sistema económico, el sistema capitalista. Su muerte será vengada cuando ese sistema sea destruido. Y el sacrificio final de Brad Will revela la brutal violencia autoritaria que los Medios Comerciales ocultan, y por lo tanto nos impulsa hacia el día en que la justicia venga desde abajo y acabe con los regímenes de dolor y represión que ese sistema requiere. Brad dio su vida hoy para que tú y yo sepamos la verdad. Nuestra deuda con él es que actuemos en consecuencia con esa verdad, y que compartamos los riesgos que él asumió. Adiós, viejo amigo. Tu sacrificio no será en vano.


traducción de ruwaj
artículo original de Narco News:
http://www.narconews.com/Issue43/article2223.htmlspan>

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